miércoles, 9 de noviembre de 2011

Editorial

Big bang


Dr. Pablo Korovsky

El movimiento es una constancia en el universo. Desde la primera expansión reconocida de la materia, se estima que todas las partículas se alejan cada vez mas de ese primigenio centro. Pero se habla que en cierto punto comenzará el proceso inverso, el regreso a la contracción.

Este movimiento puede reflejarse en distintas situaciones y ritmos mas cercanos y cotidianos de nuestra vida.
Respirar es un ejemplo cercano de la expansión y la contracción en el microcosmos humano. El latido cardíaco con su expansión y contracción es otro.
Generalmente no estamos del todo habituados al cambio y muchas veces nos sorprende la dificultad para atravesarlo.
Nuestro modelo mental está en gran medida cautivado por el arraigo.
Existe un sentimiento ambivalente entre las fuerzas de progresión o expansivas llamémoslas, y las de conservación o contractivas y allí se juegan muchas de nuestras batallas.
Es posible que esta resistencia esté vinculada con la percepción del límite de nuestra vida.

Observamos entre otras cosas cómo las pautas culturales han cambiado, el concepto familiar de autoridad de los padres ha perdido cada vez mayor peso pasando del extremo autoritarismo a su devaluación y esto, que sucede en muchos ámbitos de la sociedad, parece responder al mismo fenómeno oscilatorio. Dos picos opuestos de una misma onda, expansión y contracción.
La sensación de que algo se vuelve caduco o entra en decadencia habla de lo mismo.
Podemos preguntarnos finalmente ¿qué es cierto, qué cosa se sobrepone a los inevitables ciclos de deterioro y renovación?

La homeopatía lleva doscientos años de existencia reciente, ha sobrevivido a cambios tecnológicos, productivos y de conocimiento vertiginosos sobre todo en el último siglo, y a pesar de ello, a medida que aparecen nuevas visiones de la ciencia en especial en el campo de la física, su comprensión parece cada vez mas compatible y vigente.

La vida siempre es un misterio y excede toda teoría. En medicina como con las modas, o “las ondas” como se le decía hace un tiempo también, muchas han venido y caído.
Algunos pueden argumentar que la actualidad de la homeopatía se deba a su comprensión adelantada de integrar los distintos aspectos del ser humano como un todo,
similar al planteo en gran escala de entender los fenómenos del universo como unidad.

Así, maestros como Hahnemann o Kent incluyeron en la jerarquía de leyes al Principio de la cura por lo similar.
Pueden pensarse distintos puentes y similitudes por ejemplo entre lo infinitesimal del remedio homeopático, tan cuestionado aún por la alopatía y el concepto de infinito del cosmos que difícilmente llega a comprenderse de modo racional.
Aún con las limitaciones pero también sus virtudes, pareciera que la homeopatía, al igual que el universo, sigue expandiéndose.